martes, 11 de mayo de 2010

DESARROLLO SUSTENTABLE



CREACIÓN, VIDA Y BIODIVERSIDAD


VISIÓN DE LOS NIÑOS SOBRE DIVERSIDAD BIOLÓGICA


La grave amenaza del cambio climático

Cerca de mil trescientos millones de personas se verán afectadas por el deshielo y la disminución de glaciares y cubiertas de nieve como consecuencia del cambio climático, según advirtió el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) en un nuevo informe.

"Sólo la pérdida de nieve y de los glaciares de las montañas de Asia afectaría a aproximadamente el cuarenta por ciento de la población mundial", señala el informe 'Perspectiva Global sobre la Nieve y el Hielo', presentado en Nairobi, sede del PNUMA, durante el Día Mundial del Medio Ambiente. Pero otras áreas, como los Pirineos, los Alpes o los Andes, también se verán muy dañados por el impacto, añade el documento, que analiza las tendencias actuales y posible evolución futura de los ecosistemas de hielo y nieve, como glaciares, ríos y lagos helados.

"El cambio climático es un círculo vicioso en lo que respecta a estos ecosistemas: temperaturas más altas llevan a menos hielo y nieve y ello causa que la tierra y el mar tengan que absorber más luz solar, lo que aumenta aún más las temperaturas", explicó Christian Lambrechts, de la División de Alerta Previa del PNUMA y uno de los coordinadores del informe.

Los efectos de alcance global incluirán cambios sustanciales en la disponibilidad de agua para beber y para riego, así como un aumento de los niveles del mar, cambios en los patrones de circulación del agua en los océanos, y la amenaza a la supervivencia de especies de flora y fauna que sobreviven en dichos ecosistemas, entre otros.

Según la información científica ya disponible, el Ártico se está calentando casi al doble de velocidad que el resto del mundo y en muchas áreas, las zonas montañosas también están registrando aumentos de temperaturas más mayores que en los terrenos a baja altitud. "La cubierta de hielo en el mar Ártico está disminuyendo un 8,9 por ciento por década en verano, y es posible que para el año 2100 tengamos un océano ártico completamente libre de hielo en la estación estival", dijo Lambrechts.

El documento también confirma la tendencia a la disminución del tamaño de los glaciares del mundo en los últimos años, y especialmente desde los años ochenta. "Los tres glaciares que hay en África, en el Monte Kenia, el Kilimanjaro de Tanzania y las montañas Rwenzori de Uganda, han perdido ya el 82 por ciento de su superficie y es muy posible que los glaciares del Kilimanjaro desaparezcan por completo en el espacio de dos décadas", agregó el experto.

En la Antártida y Groenlandia están las capas de hielo que contienen el 98 por ciento del agua fresca congelada del planeta y, como estimación, si Groenlandia se derritiera por completo el aumento del nivel del mar llegaría hasta siete metros.

Evitar la Deforestación: Un Objetivo Imposible para los Mercados de Carbono

La deforestación representa el 18% de las emisiones globales de GEI (5.8 gigatoneladas de CO2 al año según el Panel de Cambio Climático). En América Latina en particular la deforestación es responsable por más de un tercio de las emisiones y en algunos países como Brasil representa más de la mitad del total de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera. Es de destacar además que la deforestación conlleva una serie de impactos ambientales y sociales tanto o más graves que los referidos al cambio climático. Esto explica la importancia que adquiere el objetivo de evitar la deforestación en el marco de las negociaciones internacionales de cambio climático. A lo largo de las negociaciones del Protocolo de Kioto, no se había logrado llegar a un acuerdo sobre este punto, razón por la que el tema fue omitido durante unos años. Pero ahora, ante la inminencia de un nuevo acuerdo post Kioto (2012 en adelante), la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD) vuelve a ser tema de controversia en las negociaciones.

Mecanismos de Mercado

Nadie discute la necesidad de tomar medidas sobre este tema en el marco de la Convención de Cambio Climático. La discusión es acerca de cuáles son las medidas que deben ser adoptadas y particularmente si deben formar parte de los mecanismos del Mercado de Carbono, es decir, si el evitar la deforestación puede generar alguna forma de certificado comercializable.

Las razones para no incluir la REDD en un enfoque de mercado de carbono son varias y están signadas por lo que han sido las falencias demostradas en la corta vida del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Un primer grupo de problemas tiene que ver con las comunidades que hoy habitan esos bosques. Es previsible que en un contexto de mercado, las mejores oportunidades sean tomadas por grandes inversionistas o empresas y vayan a beneficiar a las comunidades más pobres o grupos nativos. Es también esperable que al adquirir un nuevo valor la conservación del bosque, las comunidades que actualmente viven y dependen del bosque para su subsistencia se vean desplazados por los nuevos “propietarios” que irán a impedir toda forma de utilización del bosque so pena de perder sus certificados.

Un segundo grupo de problemas está relacionado con la forma de medir y contabilizar las emisiones o la deforestación evitada. Uno de los argumentos decisivos para retirar esta propuesta de la agenda de negociaciones durante la discusión del Protocolo de Kioto, fue el de las “fugas”. Es decir, como impedir que una actividad que provoca la deforestación en un lugar y que sea prohibida en el marco de un proyecto MDL, se traslade a otro bosque. A fin de evitar este problema, en esta nueva etapa de las negociaciones post 2012 se están debatiendo diversas propuestas orientadas a llevar una contabilidad nacional o “sub-nacional” (algunas propuestas incluso agregan una contabilidad “global”) que permita evitar las fugas.

El otro problema asociado a la medición y contabilidad de las emisiones reducidas es de las “líneas de base” o escenario de referencia. Para poder determinar el volumen de emisiones evitadas por deforestación es imprescindible conocer cuáles serían esas emisiones en el caso que no se realizara ninguna actividad para evitarlas. Esto lleva directamente al problema de definir cómo sería el futuro en ausencia de las medidas que se propone adoptar. Para ello hay algunas propuestas basadas en las tasas históricas de deforestación y otras en las previstas a futuro. Estos enfoques están siendo muy debatidos en tanto los países con mayores tasas de deforestación tendrían mayores oportunidades de negocios (y consecuentemente se verían más beneficiados) que países con bajos niveles de deforestación, lo cual estaría “premiando” a los peores.

Las metodologías para medir y contabilizar las reducciones evitadas por estas nuevas actividades propuestas también son objeto de debate. La propia definición de “bosque”, los instrumentos de control satelital, las metodologías de monitores de campo, son algunos de los problemas que enfrenta el debate en torno a la REDD. Más difícil aún cuando se intentan definir metodologías para evaluar las actividades para evitar la “Degradación”, una categoría más difusa que la de “Deforestación”.

Finalmente, siempre está la duda –y más en un tiempo de crisis financiera global como el que estamos atravesando- hasta donde los mecanismos basados en el mercado, fluctuante por definición, pueden dar cuenta de medidas estables y de largo plazo como requiere la política de conservación de los pocos e imprescindibles bosques que van quedando en pie.

Alternativas

Ahora bien, la deforestación y la degradación de bosques son actividades que claramente tienen impactos negativos tanto en lo referente al Cambio Climático como a la conservación Biodiversidad, el Agua y la propia Humanidad. ¿Cómo enfocar la conservación de bosques a través de otros mecanismos que no sean de mercado?

En general las propuestas alternativas a las soluciones de mercado no han venido de las delegaciones gubernamentales sino principalmente del ámbito de las ONGs y los grupos indigenistas. La mayoría de ellas presentan enfoques basados en la justicia ambiental, la compensación por parte de los países industrializados a los países en desarrollo (deuda ecológica) y la conservación basada en principios éticos, ambientales y de justicia social.

Por razones obvias estas propuestas son menos discutidas y consecuentemente menos desarrolladas que las que provienen de los ámbitos gubernamentales. No obstante algunas propuestas concretas se han logrado esbozar. Por ejemplo la Red Acción Climática (CAN por sus siglas en inglés) una coalición de 400 ONGs de todo el mundo ha propuesto un mecanismo de “subasta” del Monto Asignado de Emisiones que le corresponde a cada país del Anexo 1. El esquema de Protocolo de Kioto se basa en una asignación de emisiones permitidas a cada país (fruto de una larga negociación política) que fueron otorgadas “gratuitamente”. La propuesta de CAN es hacer una subasta internacional para asignar los nuevos montos de emisiones permitidas a cada uno de los países llamados industrializados y a través de ella generar los fondos que permitan financiar proyectos de conservación de bosques en los países en vías de desarrollo.

Otras propuestas -también compatibles con esta- establecen diferentes alternativas para distintos tipos de proyectos y circunstancias, permitiendo convivir a mecanismos de mercado, fondos de donación y regulaciones obligatorias. Greenpeace, por ejemplo, propone unos nuevos certificados para los proyectos de REDD que no sean intercambiables en el mercado de carbono (es decir, que no sean “fungibles” con los otros certificados de MDL o comercio de emisiones) y que cada país del Anexo 1 deba cumplir parte de sus compromisos de reducción de emisiones con estos nuevos certificados.

Obviamente en este tipo de enfoques el papel de estado y la regulación estatal es clave para el buen desarrollo de los proyectos.

Perspectivas

La diversidad de situaciones a lo largo y ancho del planeta hacen muy difícil llegar a acuerdos que contemplen todas las realidades. Más aún cuando razones y expectativas económicas se agregan a la ya compleja trama de asuntos en discusión. La deforestación tiene diversas causas; algunas de ellas se podrían evitar con mecanismos de mercado y otras no, algunos gobiernos y estados tienen capacidad de establecer regulaciones y hacerlas cumplir y otros no y finalmente algunas sociedades son más permeables a los esquemas de corrupción que otras.

Sea cual sea la solución o las soluciones finales que se adopten, algunos principios o criterios deberían ser obligatorios:

● El resultado final debe ser –sin dudas- la conservación de los bosques.

● El esquema de financiación debe estar basado en la obligación de los países industrializados de “compensar” a los países de menor desarrollo relativo por su responsabilidad diferenciada en el cambio climático.

● Los recursos económicos destinados a este fin deben servir -sin dudas- a mejorar las condiciones de vida locales y no a engrosar las ganancias de grandes inversores.

● Los pueblos indígenas y las poblaciones que habitan los bosques deben tener una participación decisiva en las decisiones sobre las propuestas de conservación.

El gran desafío que tiene la Convención de cara a la Conferencia de Copenhague es como asegurar la permanencia de estos principios en circunstancias nacionales tan diferentes, y en un marco de negociaciones mucho más amplio, que incluye una vastedad de temas casi inabarcables, donde la REDD será, sin lugar a dudas, una de las tantas monedas de cambio.

Geo Uruguay: Informe del estado del ambiente

En el 2008 Uruguay se encuentra frente a un contexto internacional, regional y nacional que presiona fuertemente sobre las variables que influyen en el estado del ambiente en el país. Se esperan las siguientes tendencias por parte de las principales fuerzas motrices detrás de los cambios ambientales en Uruguay: Los precios internacionales de los principales productos que Uruguay exporta continuarán elevados o al alza, el consumo interno se mantiene al alza, el proceso de extranjerización y concentración de la tierra continúa, y persiste la falta de fiscalización ambiental.



En este contexto, la institucionalidad ambiental en el país continúa siendo débil y aislada, el tema ambiental no aparece como prioritario en ministerios clave dentro del gobierno ni en los partidos políticos. No se cuenta con información sistematizada sobre el estado de los recursos naturales, ni sobre cómo los cambios en el ambiente están afectando el bienestar humano.



En cuanto al uso de la tierra, si bien la agropecuaria continúa ocupando un 90% del territorio, se vienen dando cambios acelerados, particularmente en los últimos cinco años. Se ha registrado un marcado incremento de la forestación artificial, una expansión de la superficie agrícola, y existe una intensificación productiva creciente en el agro e incipiente en otros sectores. Estas tendencias ejercen presión sobre los recursos naturales.



Existen avances promisorios en el manejo de la zona marino-costera, pero los mismos deben profundizarse. Esta zona concentra actividades de enorme importancia económica para el país, y gran parte de estas dependen fuertemente del estado del ambiente. A pesar de ello se registran elevados niveles de urbanización, destrucción de hábitat costero, y un deterioro de los recursos pesqueros. Estos procesos marcan la necesidad urgente de procesos de colaboración interinstitucional.



En materia de residuos sólidos e industriales, al menos un tercio de los residuos sólidos no reciben disposición final adecuada, y no se cuenta aún con rellenos adecuados para la disposición de residuos peligrosos. Es necesario mejorar el monitoreo de industrias e implementar una fiscalización adecuada a la vez que se implementan nuevos instrumentos de gestión ambiental en el sector.



El estado de la biodiversidad en el país es incierto debido a falta de información sistematizada sobre el estado de las distintas especies y ecosistemas. Sin embargo los cambios en el uso del territorio señalados más arriba, en conjunción con la inexistencia de un sistema de áreas naturales protegidas, está ejerciendo creciente presión sobre los remanentes de hábitats naturales y semi-naturales existentes, poniendo en peligro de extinción al menos 70 especies nativas. Existe sin embargo una fuerte apuesta del gobierno a la implementación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.



En el sector energía, las “crisis energéticas” experimentadas en el país están relacionadas con el crecimiento económico y la ausencia de medidas de eficiencia energética. La tendencia es hacia un crecimiento en el consumo de energía. Es necesario introducir políticas de uso eficiente de la energía, promoción de fuentes renovables y sistemas de control de las emisiones de gases.



Los ejercicios de escenarios futuros realizados durante el proceso GEO marcan que de continuarse con la tendencia actual se registrará una intensificación de los problemas ambientales con mayores impactos en el bienestar humano, principalmente en materia de salud y conflictos sociales relacionados con temas ambientales.



Es necesario incorporar la temática ambiental en instituciones gubernamentales cuyas políticas tienen una marcada influencia en el ambiente. La consideración de elementos ambientales de forma temprana redundará en muchas ocasiones en la prevención de costos futuros y una mejora en el bienestar humano de la población. A modo de ejemplo, el manejo y preservación de la biodiversidad debe ser considerado de manera amplia incluyéndose su consideración en proyectos forestales, agropecuarios, urbanos y energéticos, entre otros.



La puesta en funcionamiento de un sistema de monitoreo con colaboración institucional y con datos accesibles al publico debería ser una de las prioridades del gobierno. Esta herramienta facilitaría una disminución de la conflictividad ambiental y una mejor fiscalización y cumplimiento de la normativa existente.



La base de herramientas de gestión y manejo del ambiente debe ampliarse. A la sistemática aplicación de instrumentos de comando y control debe sumársele la colaboración interinstitucional (incluyendo privados y ONGs), el uso de instrumentos económicos y de mercado, y un aumento en la transparencia y la participación pública efectiva.



Uruguay se encuentra en un cruce de caminos, la opción de profundizar el “Uruguay natural” exige nuevas visiones del mundo y del país, pero no debería ser contradictoria con la visión del “Uruguay productivo”. Ascender como país en la “escalera del desarrollo sostenible” traerá consigo una mejora en los índices de bienestar humano, y requiere un replanteamiento del futuro, en el cual el “Uruguay natural” es una parte necesaria e indispensable de un “Uruguay productivo”.

La Antártida sufrió en 2005

Es una de las consecuencias del calentamiento global, según informaron los científicos de la NASA. El fuerte retroceso de los hielos puede ocasionar que las capas se desprendan y fluyan al océano, aumentando los niveles de los mares.

En 2005, el oeste de la Antártida vivió el mayor retroceso de los hielos en tres décadas, desde que se realizan observaciones con satélites, según informaron los científicos de la NASA, la agencia espacial estadounidense.

El descubrimiento fue dado a conocer por el Jet Propulsion Laboratory en California, que colabora con investigadores del medio ambiente de la Universidad de Colorado en las mediciones y la interpretación de los datos por satélite.

El equipo registró las nevadas y la acumulación de hielo, así como el derretimiento de los hielos en la Antártida y Groenlandia desde julio 1999 al mismo mes de 2005.

El retroceso de los hielos se produjo a 900 kilómetros tierra adentro, a altas latitudes, a sólo 500 kilómetros del Polo Sur y a unos 2.000 metros de altura. Allí el "derretimiento ha sido muy poco común", indicaron los expertos.

Las temperaturas del aire fueron inusualmente altas, pues alcanzaron los cinco grados centígrados en un punto, y se mantuvieron por encima de los cero grados durante una semana.

"La Antártida no había mostrado indicios de calentamiento en el pasado reciente salvo en la Península Antártica, pero ahora amplias regiones están mostrando los primeros signos del impacto del calentamiento, según se interpreta de este análisis de satélite", afirmó Konrad Steffen, de la Universidad de Colorado.

"El aumento del deshielo, como en 2005, podría tener definitivamente un impacto a mayor escala de derretimiento de las capas de hielo de la Antártida si es grave y se mantiene en el tiempo", añadió.

El fuerte retroceso de los hielos puede ocasionar que las capas se desprendan y fluyan al océano, aumentando los niveles de los mares. Los hallazgos presentados este año por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU presentaron la mayor evidencia hasta el momento sobre el calentamiento que producen los gases de efecto invernadero.

En los tres informes publicados, miles de científicos coinciden en que las temperaturas seguirán subiendo este siglo y que si no se toman medidas ello tendrá desastrosas consecuencias para la población mundial.

Cambio climático: crece la división

El viernes finalizó la reunión de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Bangkok. Al inicio del año creíamos que esta iba a ser la última reunión antes de Copenhague, pero ya en junio se agregó otra en Barcelona (para comienzos de noviembre) y hay probabilidad de que se sume una más entre Barcelona y Copenhague.

Sin embargo todo el mundo sabe aquí en Bangkok que el problema no es la falta de tiempo sino la falta de voluntad política. Los delegados se pasan horas y días reunidos elaborando borradores en cada uno de los temas en discusión. Pero los borradores mantienen -o incluso agregan- textos “en corchetes” (es decir en discusión) pues no existen los acuerdos políticos en los temas fundamentales. En consecuencia, hay avances, como dicen algunos delegados, pero se avanza en clarificación de textos, en el lenguaje, en la formulación de las distintas opciones, pero no en acuerdos sobre las distintas opciones.

Hay decenas de grandes temas en los que hay profundas divergencias. Pero hay tres que quizá sean las más importantes pues determinan el resto. Uno es el porcentaje de reducción de emisiones que asumirán los países desarrollados. El otro es el volumen de recursos que estos van a poner a disposición de los países en desarrollo para financiar los planes de adaptación y de desarrollo. El tercero es el marco legal del acuerdo que se espera alcanzar y su relación con el Protocolo de Kioto y la Convención.

Mercado y recursos

Estados Unidos no ha presentado ningún objetivo de reducción y los demás países desarrollados (salvo honrosas excepciones como Noruega) han evitado asumir mayores compromisos de los escasos que han hecho hasta ahora. Lograr amplios recortes en las emisiones de los países más contaminantes es clave para evitar el cambio climático.

Pero además, el nivel de estos compromisos de reducción de emisiones tiene una consecuencia directa sobre otro de los grandes temas de estas negociaciones: el papel del mercado de carbono en la mitigación del cambio climático. Evidentemente del tamaño de las reducciones comprometidas por los países desarrollados depende el volumen del potencial mercado de carbono. Cuánto menores sean los compromisos menor será la eventual cantidad de certificados que los países industrializados podrían llegar a adquirir en el mercado. De ello dependen a su vez, toda una serie de definiciones: cómo serán las nuevas reglas del Mecanismo de Desarrollo Limpio, cuáles actividades serán permitidas, los proyectos sectoriales, las medidas de mitigación en los países en desarrollo, etc.

Por otro lado hay una fuerte presión de parte de los países industrializados para que la mayor parte de la transferencia de recursos hacia los países del Sur se haga a través de los mecanismos de mercado, mientras la mayoría de los países en desarrollo prefieren limitar este tipo de mecanismos y ampliar la transferencia de fondos directamente para financiar sus necesidades de adaptación y mitigación. Algunos países en particular como Venezuela y Bolivia lisa y llanamente reniegan de cualquier forma de mercado de emisiones.

El G77 + China, a pesar de sus muchas diferencias internas, tiene una férrea y consolidada posición respecto a que si no hay una claro y abultado compromiso de parte de los países industrializados en relación a la transferencia de recursos y tecnología (tal como lo establece la Convención) no habrá acuerdo en Copenhague. Y en esto no se ha logrado avanzar nada aquí en Bangkok.

Crece la división

Estados Unidos llegó a esta reunión con un fuerte posicionamiento respecto de la necesidad de que los países en desarrollo asuman compromisos de reducción de emisiones. Esto no es nuevo. Es una de las razones por las que Estados Unidos aún no ha ratificado el Protocolo de Kioto. Sin embargo había alguna expectativa respecto a un cambio, o al menos una moderación de esta posición con la nueva administración de Obama. Esta ilusión parece haberse definitivamente quebrado en Bangkok. La pretensión con la que llegó Estados Unidos a Tailandia fue terminar con la división entre países desarrollados y en vías de desarrollo que establecen la Convención y el Protocolo de Kioto y poner a todos bajo un mismo sistema de compromisos, aunque con diferentes tipo de obligaciones. A lo largo de la reunión quedó claro que no solo Estados Unidos tenía este propósito sino también la Unión Europea y los países industrializados en general. Obviamente esta posición fue duramente combatida por los países en desarrollo agrupados en el G 77 + China.

La división entre los países industrializados y los países en desarrollo parece haberse profundizado en Bangkok. Durante esta semana el G77 quiso hacer una declaración denunciando el intento de los países industrializados de barrer con el Protocolo de Kioto y la Convención con estas nuevas propuestas. Sin embargo esta habría sido bloqueada por la oposición de 8 países latinoamericanos: Colombia, Costa Rica, Chile, Dominicana, Guatemala, Panamá, Perú y Uruguay.

Un tren sin combustible

Dado que no ha habido avances en los grandes temas políticos y las divergencias parecen aumentar, los avances en la consolidación y nueva redacción de textos resultan completamente inútiles. Si no se logra algún acuerdo de alto nivel en los temas principales por más que se agreguen reuniones y horas de trabajo en los “grupos de contacto” la cumbre de Copenhague a desarrollarse el próximo diciembre parece condenada al fracaso. Un observador aquí en Bangkok ilustraba de esta manera lo que se está viviendo en la capital Tailandesa: “los delegados están por subirse a un tren y discuten sobre el color de los asientos y de qué material están hechos; pero no han verificado que el tren tenga combustible para asegurar la partida”.

lunes, 10 de mayo de 2010

22 DE MAYO

Las Naciones Unidas proclamó el 22 de Mayo el Día Internacional de la Diversidad Biológica (IDB) para aumentar la comprensión y el conocimiento de las cuestiones relativas a la diversidad biológica. Cuando fué creado primeramente por la Segunda Comisión de la Asamblea General de la ONU a fines de 1993, el 29 de diciembre (la fecha de entrada en vigor del Convenio sobre la Diversidad Biológica), fue designado el Día Internacional de la Diversidad Biológica. En diciembre de 2000, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobadó el 22 de mayo como el Dìa Internaiconal de la Diversidad Biològica, para conmemorar la aprobación del texto del Convenio el 22 de mayo de 1992 por el Acto Final de la Conferencia de Nairobi para la Aprobación del Texto Acordado del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Esto fue hecho en parte porque fue difícil para muchos países planificar y llevar a cabo celebraciones adecuadas para la fecha del 29 de diciembre, tomando en cuenta del número de días festivos que coinciden alrededor de ésta época del año.

Biodiversidad, desarrollo y alivio de la pobreza
El tema para el Día Internacional de la Diversidad Biológica (DIDB) en 2010 es la Biodiversidad, Desarrollo y Alivio de la Pobreza.

Este año, el DIDB es parte del Año Internacional de la diversidad biológica.

Designación del DIDB de 2010 sobre el tema del desarrollo proporciona a las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y los relacionados con el desarrollo, la oportunidad de crear conciencia del problema e incrementar la acción práctica.

BIODIVERSIDAD PARA EL DESARROLLO

La biodiversidad es crucial para la reducción de la pobreza, debido a los bienes básicos y servicios que proporcionan los ecosistemas. Estos incluyen el suministro de alimentos, fibras y medicamentos, la formación del suelo,la calidad del aire y la regulación del clima, la regulación del abastecimiento de agua y también el valor cultural y/o estético de algunas plantas y especies.

La diversidad biológica es también parte integrante de los sectores de desarrollo claves como la agricultura y la ganadería, la silvicultura, la pesca o el turismo. Más de 1,3 millones de personas dependen de la biodiversidad y de los bienes básicos y servicios de los ecosistemas para sus medios de subsistencia. (la disponibilidad de tierra cultivable, agua, especies vegetales y animales).

Durante milenios, el uso por la humanidad de la diversidad biológica y de los servicios de los ecosistemas ha contribuido al bienestar humano y al desarrollo económico.

Los objetivos del desarrollo no se detienen solo en la reducción de la pobreza; la sostenibilidad del medio ambiente es también un objetivo de desarrollo fundamental. La diversidad biológica y el desarrollo están estrechamente vinculados: la diversidad biológica sustenta el desarrollo, y el desarrollo tiene un impacto sobre la diversidad biológica, que sea positivo o negativo. A pesar de que la diversidad biológica no contribuye directamente a todos los sectores de desarrollo, el desarrollo sostenible no se puede lograr si la diversidad biológica se ve comprometida por los esfuerzos de desarrollo.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) integra plenamente la meta de Biodiversidad 2010, fijada en 2002 por el Convenio sobre la Diversidad Biológica para alcanzar, en 2010, una reducción significativa en la tasa de pérdida de biodiversidad. Aunque el objetivo 7 esté más centrado específicamente en las cuestiones relacionadas con la diversidad biológica, la biodiversidad es importante para el logro de todos los ocho objetivos de desarrollo del Milenio, y es esencial para el cumplimiento de este compromiso internacional en el año 2015.

Dado que los pobres son particularmente dependientes de los productos y servicios prestados por la biodiversidad, las estrategias de desarrollo que ignoran su protección socavan la mitigación de la pobreza y por lo tanto se convierten contraproducentes. Por esta razón, las estrategias y los programas dando prioridad a la biodiversidad son cruciales para el desarrollo y la mitigación de la pobreza.

Diversidad Biológica para el Desarollo en la Secretaría
Tras el Mensaje de París, aprobado por la Conferencia sobre la diversidad biológica en la Cooperación Europea para el Desarollo, celebrada en París en noviembre de 2006, pidiendo el apoyo de la integración de la diversidad biológica en los países socios y la mejora de la gobernanza para la reducción de la pobreza y el uso sostenible de la biodiversidad, la Secretaría del CDB estableció la iniciativa Diversidad Biológica para el Desarrollo.

Apoyada por los franceses y los gobiernos de Alemania, la iniciativa fue lanzada oficialmente durante la novena reunión de la Conferencia de las Partes. Su objetivo es mejorar la integración de los tres objetivos del Convenio en los procesos de desarrollo de acuerdo con el Artículo 6 (b) de la Convenio.

La iniciativa trabaja en estrecha colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para asegurar que la conservación de la diversidad biológica y la utilización sostenible sean partes integrantes de las políticas de desarrollo nacionales y regionales, económicas y sociales, como de los marcos legales, planes de desarrollo y sistemas de aplicación.

jueves, 6 de mayo de 2010

Aparecen tortugas muertas en el Golfo de México

Al menos 20 tortugas han aparecido muertas en las playas del estado de Mississippi

NUEVA ORLEANS, EU (03/MAY/2010).- Al menos 20 tortugas han aparecido muertas en las últimas horas en las playas del estado de Mississippi, según ha confirmado Moby Solangi, director del Instituto de Estudios de Mamíferos Marinos.
Según informa Elmundo.es, Solangi admite que es "demasiado pronto" para vincular el incidente con la marea negra, pero no descarta que sea la primera señal del desastre ecológico en las aguas del Golfo de México.
"Las tortugas no tienen restos de petróleo, pero pueden haber ingerido peces contaminados o haber respirado el combustible en la superficie", asegura Solangi. "Los peces que entran en contacto con el petróleo serán los primeros en sufrir los daños en el sistema digestivo, y el problema irá creciendo a través de toda la cadena alimenticia".
Las tortugas marinas sin vida empezaron a aparecer desde el sábado en las playas de los condados de Harrison y Hancock, en el estado de Mississippi. Las autoridades locales sostienen que no es infrecuente encontrar reptiles muertos en las playas durante la época de desove e insistieron en que no se ha comprobado de momento la relación con la marea negra.

Hasta la fecha, el único daño visible a la fauna del delta del Mississippi han sido apenas media docenas de aves acuáticas, "rescatadas" en el centro establecido en Fort Jackson. Las asociaciones ecologistas locales, de Audubon a la Gulf Restoration Network, han movilizado a decenas de voluntarios para la protección y el rescate de la fauna amenazada.
Se estima que más de 400 especies están en grave peligro por la fuga de petróleo que empezó el pasado 20 de abril y avanza hacia las costas del Golfo de México.